Querida L:
El diablo de nuestras cabezas vacías... tú sabes de lo que hablo. Se despierta en mitad de la noche y camina en círculos hasta que caemos rendidas de sueño sobre nuestras mojadas y sordas almohadas.
Se aloja en los espejos a cualquier hora del día, puedes asomarte y ver sus colmillos, los clava lentamente en nuestra carne que sangra transparente y grita estoy bien, todo pasará algún día.
Miente a nuestra boca que respira entrecortado cuando el aire nos falta si aprieta el monstruo sin que nosotras lo veamos venir.
Susurra a nuestros oídos que el camino se acorta pero no hay meta con lazo dorado ni suelo de baldosas brillantes.
Ata nuestras manos y piernas, con cuerda corta, a grandes rocas. Desprenden calor al andar en circulo y queman los pies y cansadas nos sentamos y miramos al vacío donde habita el ente que grita y grita y nos pide alimento y suplica el encierro.
Y pulimos nuestros estómagos sentadas en frías baldosas y gime el presente que machacamos a puñetazos sin piedad e implora el perdón la fortuna y ciegas nos quedamos ante la suerte.
Y todo esto no es más que una maldita costumbre, ambas lo sabemos...
Demoledor y magnífico son palabras de significados distintos pero ambas apropiadas para definir tu escrito.
ResponderEliminarBrutal, también.
Gracias delgaducho!!!
ResponderEliminarmuy bueno, juliska...
ResponderEliminarv